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martes, 19 de noviembre de 2013

¿Estás dispuesto a desperdiciar un tercio de tu vida?

Hoy, quiero abrir un debate que trate con un profesional del sector retail hace unas semanas, y antes de nada me gustaría decir que quizás en el entorno económico y laboral tan complicado en el que nos encontramos pueda parecer surrealista e iluso pero lo cierto es que por muy complicado que sea el momento no debemos dejar de pensar que estamos hablando del TIEMPO, esa magnitud que a veces hablamos de ganarlo, perderlo o ahorrarlo pero lo cierto es que ni si quiera puede atesorarse, el tiempo avanza en nuestra contra de forma inexorable y no hay nada que podamos hacer para modificar su curso.


Esta reflexión me la hizo entender una persona a la que admiro no solo por su excelente liderazgo y profesionalidad sino por sus valores y por su forma de entender la gestión del talento en las organizaciones. Mientras charlaba con él, le pregunté, cómo había llegado hasta el puesto que actualmente tiene en la empresa, me comentó que su vida se había basado en cambios, cambios que en muchos casos fueron arriesgados, cambios que en ocasiones comenzaron con peores condiciones salariales, pero siempre se había sentido atraído por el proyecto que más le apasionase, por el que sentía una motivación constante.

Este Manager me habló de su forma de entender la vida, y es que la vida, segun él se puede dividir en tres grandes tercios;


Un tercio de vida lo pasamos durmiendo.

Otro tercio de vida la dedicamos a trabajar.

Y por último la última porción de nuestra vida la dedicamos al ocio.

Si nos fijamos en la segunda opción, la del trabajo, observamos la inmensidad del tiempo que vamos a pasar desempeñando eso a lo que hemos decidido dedicarnos, por ello, esta persona me decía que para él era un pecado capital dedicar un tercio de su vida a algo en lo que no se sintiese identificado, algo en lo que no estuviese feliz.

Esa reflexión me hizo darle muchas vueltas al asunto, y a bote pronto me vinieron a la cabeza frases que incluso antes de la crisis escuchaba habitualmente como: " Qué ganas tengo de jubilarme para poder hacer las cosas que me gustan" "Qué amargamiento de trabajo, estoy deseando perderlo de vista" "Esto es lo que hay, mejor que estar en casa..."

Por desgracia son frases reales, de personas que han elegido, o en muchas ocasiones no han elegido pero sí se han conformado con aquellos empleos que simplemente les han reportado un salario para vivir el otro tercio de su vida que no pasan durmiendo.

Como cierre de mi post de hoy, me gustaría decirte que pese al mal momento en el que nos encontramos nunca dejes de perseguir tus sueños, ten claro que la felicidad no se basa en un destino, la felicidad es el camino compuesto por las decisiones que día a día tomamos en nuestra vida , por ello, piensa en ser feliz hoy, ama lo que haces a lo que te dedicas y nunca te arrepentirás de haber dedicado ese gran tercio de tu vida a realizar aquello que verdaderamente te hace feliz.

Muchas gracias a todos por visitar el blog.

Feliz miércoles.

Javier García Rubio.






1 comentario:

  1. Excelente reflexión por tu parte y genial consejo el que recibiste, Javi.
    Enhorabuena porque tus posts cada día son mejores!!!.
    Un abrazo y feliz día.

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