Hace algunos años, mi profesor de la optativa Creación de Empresas, lanzó una pregunta durante su clase: "¿A qué queréis dedicaros?"
Tras un silencio de unos 5 segundos volvió a preguntar "¿Alguien tiene pensado emprender?" el silencio se alargó algunos segundos más observando algunos gestos opuestos a su cuestión. Según fue fluyendo la conversación llegamos a la conclusión de que el 95 por ciento de la clase tenía un objetivo claro y marcado para su futuro profesional, ser funcionario del estado.
Ahora, habiendo pasado ya algunos años desde esa declaración de intenciones, y observándolo con algo más de madurez y sentido común, he entendido que lo que casi (entiendo que hay gente con verdadera vocación que quiere ser funcionario) todos queríamos en ese momento era alcanzar un trabajo cómodo, bien remunerado y factible, que no nos diera muchos quebraderos de cabeza y nos permitiese llevar una vida medianamente tranquila conciliando vida personal y laboral, pero sin ningún tipo de vocación y por ende sin ningún tipo de ilusión más que la material.
En el mismo saco encontrábamos a empresas privadas que tal como ibas entrando por la puerta te marcaban unas pautas de trabajo, un "ABC" inamovible que tenías que seguir sin oportunidad de innovar, crear y cambiar. Estas organizaciones son llamadas "Organizaciones Omega", empresas donde las personas trabajan como meros empleados sometidos a un reglamento interno y a un rígido horario de trabajo. Yo las llamo "vertederos de talento" empresas donde todo el mundo trabaja bajo una rutina que no cambia y lo peor de todo es que no quieren que las personas piensen y afloren sus talentos.
En esos momentos estábamos expuestos a que nos comiesen nuestros talentos o quizás nunca nos hubiéramos dado cuenta de que ellos estaban ahí. Por desgracia (o suerte) llegó la crisis y con ello la destrucción de mucho empleo público y el cierre del grifo de las miles y miles de plazas públicas que se ofertaban anualmente, al mismo tiempo muchas de estas empresas "come talentos" cayeron al vacío. Esto obligo a mucha gente a cambiar sus expectativas de futuro, a pensar en emprender o en reinventarse labrándose un futuro según sus talentos o vocaciones.
Por suerte, frente a los "vertederos de talento" encontramos a las "Organizaciones Alfa" aquellas que tienen la cultura del error como método de mejora, apoyan e incentivan el cambio, la creatividad, la innovación. Son aquellas donde las personas tienen la capacidad de razonar, de pensar, y lo más importante de desarrollar sus talentos.
Éstas, son las empresas del presente y del futuro, las empresas donde te exigirán ofrecer un valor añadido no estipulado en tu contrato de trabajo. Son las empresas del cambio, del talento, de las PERSONAS.
Busquemos nuestro sitio en las organizaciones Alfa, o mejor aún, creémoslas nosotros.
¡Que no te coman el talento!
Saludos.
Javier García Rubio.
Totalmente de acuerdo, yo también tuve a ese profesor de esa asignatura y recuerdo lo mismo del primer día tod@s queríamos ser funcionarios a lo que él nos preguntó que qué hacíamos matriculándonos en su asignatura. Desde que ese mismo día me empecé a plantear mi futuro de otra manera, a pensar que por qué no poder montar mi propia empresa... Descubrí que el poder de cambio de las personas es el mayor valor que puede tener una empresa, y los vertederos de talento como tu los llamas hacen que no te superes como trabajador. Necesitamos trabajar en organizaciones donde se tomen en cuenta a las personas y nos den la oportunidad de desarrollarnos, desgraciadamente en mi corta experiencia profesional he podido comprobar que aún nos queda mucho por avanzar, es todo muy bonito cuando estás en el aula del máster de RRHH pero cuando sales al mercado laboral hay otra realidad, por eso debemos seguir luchando porque nos consideren PERSONAS
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo Laura y por desgracia aún quedan muchas organizaciones Beta que te comen el talento, pero pienso que su destino está ya escrito si no se transforman en organizaciones Alfa que permitan el cambio, la innovación y desarrollar el talento de sus empleados.
ResponderEliminarPor suerte, la crisis nos abrió los ojos a muchos y nos ha hecho cambiar de manera de ver nuestro futuro profesional.
¡Un abrazo!
Hola Javier.
ResponderEliminarMe ha interesado tu reflexión y te pregunto ¿Podemos crear organizaciones ALFA en una sociedad BETA? ¿Las organizaciones ALFA generan sociedades ALFA?
Buenas tardes Santi, tu pregunta tiene mucha lógica ya que no solo se trata de crear Organizaciones Alfa sino de promover un cambio en nuestra cultura y valores que nos lleve a la aparición de este tipo de Empresas.
ResponderEliminarYo pienso que las Organiciones Alfa si son un ejemplo para otras muchas Empresas que deciden adoptar este modelo cultural de cambio contínuo, innovación y desarrollo del talento de sus empleados.
Muchas gracias por tu aportación Santi.
Un fuerte abrazo.