El individualismo, el orgullo, el egoísmo y el protagonismo son en ocasiones los métodos utilizados para solucionar un problema, métodos con los que a veces es imposible resolver esa dificultad que tenemos antes nosotros y más aún desde la primera línea de juego.
En estas ocasiones, no caemos en la existencia de las escaleras de caracol, herramientas imaginarias muy útiles que nos permiten subir y observar el problema desde lo más alto, ofreciéndonos una óptica global del conjunto, que ya por sí sola, nos permite ver el problema como nunca lo habíamos visto, esa visión que nos permite entender que quizás ese problema no tenía la suficiente importancia como para dedicarle el tiempo y esfuerzo que le estábamos dedicando, o tal vez nos mostraba que había otra cosa que debíamos de realizar antes para que ese tapón que no nos dejaba avanzar nos permitiese continuar nuestro camino.
Como grandes profesionales que portan entre sus herramientas este tipo de escaleras encontramos a los Coaches, benditos coaches, que aparecen en las Organizaciones cargados con su maletín de intangibles que permiten subir a esos directivos en muchas ocasiones cegados en problemas y miedos quizás vitales para ellos y para su persona, pero intrascendentes para las Organizaciones.
Pero debemos de entender que no sólo el Coach debe de llevar esta escalera, todos y cada uno de nosotros debemos de aprender a llevar una escalera de caracol en nuestro maletín de herramientas.
Recetas para construir nuestra propia escalera de caracol:
1) Piensa antes de actuar. Hay personas que no conocen este orden tan sencillo y suelen hacerlo al revés, es preciso que ante cualquier acción pensemos siempre antes unos segundos.
2) Despréndete de tu piel por un momento, este aspecto es complicado pero muy eficiente si logras conseguirlo, muchas veces el problema se complica más por tus miedos personales que por el propio problema en sí, por eso, es preciso que abandones tus miedos personales e intentes ponerte en la piel de otra persona para afrontar dicho problema con la máxima objetividad posible.
3) Selecciona lo importante de lo que no lo es, a veces dedicamos mucho tiempo a cosas que verdaderamente tienen poca relevancia, esto nos absorbe mucha energía y emociones que nos deshabilitan y agotan a la hora de afrontar los verdaderos retos que aparecen en nuestra vida.
4) Pide consejo a alguien de confianza. Una buena comunicación es importantísima para construir la escalera de caracol, ella te permitirá conocer otras opiniones y formas de llegar arriba, debes de ser una persona transigente puesto que a veces las opiniones no serán las que tu esperabas escuchar, pero te harán ver el problema desde otra óptica.
5) Haz uso de la inteligencia colectiva. A veces uno solo no es capaz de construir la escalera de caracol, es preciso pedir ayuda cuando sea necesario (olvidarnos del orgullo y los méritos propios) y compartir los problemas, ya que no hay arma más potente que la inteligencia de un grupo unido, cohesionado y con un fin común.
6) Aprende a desconectar. Es necesario que cuando estemos altamente estresados y agobiados sepamos desconectar del problema que nos absorbe. Volver a retomarlo tras un descanso nos hará ver el problema desde otra óptica, con nuevas soluciones y con una actitud más positiva.
En definitiva, la escalera de caracol nos dará una nueva óptica de aquellos problemas que no nos dejan avanzar, por eso es esencial que sepamos hacer uso de ella.
En definitiva, la escalera de caracol nos dará una nueva óptica de aquellos problemas que no nos dejan avanzar, por eso es esencial que sepamos hacer uso de ella.
¡¡Felíz día del trabajo a todos!!
Javier García Rubio.
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