Páginas

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Has probado a salir alguna vez de tu zona de confort?

Tu círculo de amigos, tu familia, tu pareja, tu casa, tu ciudad, tu cultura , tu universidad, tus restaurantes favoritos y todo lo que ya conoces, dominas y sabes como vas a desenvolverte forman tu zona de confort.

La personas, intentamos ponernos limites intangibles para no salirnos de nuestra zona de confort, nuestro cerebro crea inconscientemente excusas para que no se lleguen a producir estas situaciones, no queremos afrontar miedos, incertidumbres, desconfianzas, el pensar ¿qué pasará? ¿cómo reaccionaré? nos atormenta y nos provoca la negación ante nuevos hechos, nuevos retos, nuevas sensaciones.



Pero no nos damos cuenta que en nuestra zona de confort justo pasa lo contrario, es el sitio donde no existen miedos, donde muchas veces no es necesario ni pensar puesto que tus padres, amigos, pareja lo harán por nosotros, es el lugar donde existe la confianza en el entorno, la certeza de saber lo que puede ocurrir.
Por ello nuestro hemisferio derecho del cerebro (la parte creativa, innovadora, soñadora) se ve mermado ante la falta de autonomía.

En nuestra zona de confort somos menos creativos, menos innovadores, tenemos menos autoconfianza puesto que la zona de confort nos hizo depositar toda nuestra confianza en ella.

Hace algunos meses me vi obligado a salir de mi zona de confort, algo que jamás había hecho y que para mi era algo nuevo e inédito como era el viajar solo. Los viajes, pese a ser algo fuera de lo normal puesto que vas a un lugar distinto de tu ciudad, siempre los hacía acompañado de mi pareja, amigos, familiares, pero este era diferente, me llamaron de una entrevista de trabajo para las Islas Baleares, y sin pensarlo ya que era una gran oportunidad laboral, cogí un vuelo Sevilla-Mallorca y allí pase 2 días inolvidables. La idea de volar solo, buscar el hotel, saber llegar al lugar de la entrevista, me causaba un cosquilleo en el estomago. La experiencia fue bastante gratificante, gané confianza en mí mismo, durante el viaje mi maquina de pensar estuvo constantemente funcionando y recapacitando, en definitiva fue una experiencia muy positiva para mi.

Hechos así nos hacen avanzar, nos hacen cambiar, y esto solo se consigue si somos valientes y nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort, quitándonos el miedo a perder lo que tenemos, porque como dice el magnífico vídeo que os pongo a continuación: "cambiar no es perder lo que tenías, cambiar significa que añades"

Este tema que hablamos, podemos enfocarlo hacia muchas empresas que a lo largo de esta crisis han ido desapareciendo, debido a que no han sabido salir de su zona de confort.

Preguntabas a un empleado el porqué de realizar esa tarea siempre de la misma forma y la respuesta era: "No sé, aquí se ha hecho así siempre...." sin tan siquiera plantearse otras nuevas formas de hacerlo que le pudiera suponer  una mejor efectividad en el proceso, un avance o un beneficio para sí mismo, pero esa persona prefiere no arriesgarse a cambiar porque teme salir de su zona de confort.

Muchas de estas empresas se han extinguido por no haber buscado nuevas soluciones, abrirse a mercados de otros países, haber incorporado nuevas tecnologías o simplemente haberse preguntado si el producto que habían vendido durante tantos años necesitaba un cambio, una renovación, un viaje hacia la zona de aprendizaje en el que reinventarse y reformularse.

Os dejo esta maravilla de vídeo  en el que se explica de forma gráfica y divertida la importancia de salir de nuestra zona de confort.
¡Feliz fin de semana!

Javier García Rubio (@JaviGRubio_)

No hay comentarios:

Publicar un comentario