Cuantas veces le hemos dicho a nuestras madres: "¡Mamá de mayor quiero ser astronauta!"o cualquier otra profesión a la cual tu madre respondía: "¿si? ¡qué bien hijo!" (sin darle más importancia a tu comentario).
En ese momento aparece nuestra vocación y con la inocencia de un niño lo contamos a nuestros padres,profesores, abuelos, amigos...Es esa vocación la que realmente nos hace soñar despiertos, nos inspira y nos identifica con nuestros valores.
Desgraciadamente con el paso de los años esos sueños, vocaciones, talentos o como quieras llamarlo, se van marchitando a causa de que nuestro camino en la vida nos ha guiado a seguir una serie de valores, vivir en un lugar determinado, ejercer una profesión, tratar con un grupo de personas, y la vocación que teníamos desde niño acaba convirtiéndose una anécdota para contar. Pero, ¿Somos felices con lo que hacemos?
En estos tiempos difíciles que corren, es necesario pensar cual es nuestra vocación, cuales son nuestros sueños, nuestros valores, perder el miedo a cambiar, porque ello nos llevará a desarrollar nuestro talento innato, a ser creativos, a innovar y sobre todo nos llevará a la felicidad.
Vamos a pensar como niños, vamos a luchar por nuestros sueños, porque como leí hace algunos días en las redes sociales:
"Un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido".
¡Feliz miércoles a todos!
Javier García Rubio.
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